Posibles reacciones a las vacunas y qué hacer

Las vacunas en los niños

Hoy en día existe mucha polémica con las vacunas por los riesgos que mucha gente les atribuye. Aunque circula mucha información falsa sobre la seguridad de las vacunas, lo que sí es cierto es que, al igual que pasa con cualquier otro medicamento, las vacunas también tienen reacciones no deseadas, llamadas reacciones adversas o efectos secundarios.

En este artículo comentamos las reacciones más comunes que aparecen tras la administración de vacunas y qué puedes hacer cuando esto ocurre.

¿Qué son las vacunas?

Las vacunas son productos que estimulan a nuestro sistema inmunitario para que “aprenda a luchar” contra enfermedades infecciosas. Para ello, se usan los mismos gérmenes (bacterias o virus) que causan la enfermedad, pero muertos o debilitados, aunque también pueden utilizarse solamente algunas partes de estos gérmenes.

Tras recibir una vacuna, nuestro sistema inmunitario produce anticuerpos contra el germen que contiene. Estos anticuerpos evitarán que nos contagiemos de la enfermedad en cuestión en el futuro. Por este motivo, las vacunas son herramientas fundamentales para prevenir enfermedades infecciosas graves como la difteria, el sarampión, la rubeola, la tos ferina, la poliomielitis, etc.

Reacciones a las vacunas

Como hemos comentado antes, todo medicamento tiene sus efectos adversos, incluidas las vacunas. No obstante, la mayoría de las reacciones a las vacunas son leves y no duran mucho tiempo. Las más habituales en los niños son:

  • Dolor, hinchazón y enrojecimiento en el lugar donde se ha inyectado la vacuna. Normalmente desaparece en 2 o 3 días. Puedes aplicar una compresa fría para mejorar los síntomas y, si el niño tiene mucho dolor, también puedes darle un medicamento analgésico como paracetamol o ibuprofeno.
  • Aparición de un bulto pequeño y duro en el punto de la inyección. Esto es más habitual cuando se administran las vacunas frente a la tos ferina y la meningitis B, y suele desaparecer por sí solo al cabo de unas semanas.
  • Fiebre. Se puede dar con cualquier vacuna, pero las que producen fiebre con más frecuencia son la triple vírica (frente a sarampión, rubeola y paperas), la DTP (frente a difteria, tétanos y tos ferina) y la vacuna contra la meningitis B.

Si tu hijo tiene fiebre después de haber recibido una vacuna puedes darle un antitérmico (paracetamol o ibuprofeno). Sin embargo, si la fiebre dura más de 24-48 horas o si aparece algún síntoma alarmante, consulta con el pediatra.

Las vacunas raramente producen efectos graves, pero si sospechas que el niño está sufriendo una reacción alérgica grave, llamada anafilaxia, con síntomas como la hinchazón de garganta y dificultad para respirar, llama inmediatamente al servicio de emergencias médicas.

No obstante, como hemos dicho, los reacciones graves producidas por las vacunas son muy poco frecuentes: aproximadamente, se da un caso por cada millón de vacunas administradas. Además, el riesgo de sufrir una de estas reacciones es mucho menor que los efectos derivados de sufrir la enfermedad de la que intentamos proteger al niño.

Fuentes: